Los puntos conseguidos en Andorra por el Cartagena, con una dosis de fortuna, vuelan ante el Villarreal B (0-1)
EL BLOG SPORT ÍCUE, EL BLOG DE GUILLERMO JIMÉNEZ
ESTA VEZ LA SUERTE FUE ESQUIVA AL CARTAGENA
Antes de la pifia de esta noche ante la 'fiebre amarilla' (0-1), se había puesto de moda el grito "Carrión, selección". El Cartagena no paraba de sumar puntos con el preparador barcelonés, ensalzado, y era lógico que cualquier mente cuerda pensaría que hoy miércoles 7 de diciembre, se ganarían los 3 puntos frente a los chiquillos del Villarreal. Pero no. El técnico gijonés Luis Enrique había visto acabado su ciclo por no enseñar a sus mozos a lanzar los penaltis como está mandado. Fracaso ante Morocco, como pa volverse loco. Y era la oportunidad, a corto o medio plazo, para colocar en su sitio a Carrión.
(Exagero un poco, pero es lo que me marca el guion)
Hubo un notable bajón en la presencia de afición esta noche (jornada laboral) con unos 5000 espectadores in situ, para ver a los biberones del Villarreal ante un Cartagena ubicado en zona de playoff de ascenso. Menos mal que los demás siguen en la Smartbank una línea parecida de ir sorprendiendo con sus pifias.
UN PENALTI QUE PASARÁ A LA HISTORIA Y QUE TIENE MIGA
Y llegada la ocasión esta noche, pum, catapúm, cuando el 0-1 de Antonio Pacheco (minuto 54) podía ser igualado, Ortuño lanzó un penalti a la azotea del Perpetuo Socorro. Lanzó el yeclano con fuerza a romper la red, pero el chutazo le salió como le salió. La miga de la jugada se forjó en el propósito inicial de Sadiku, que tomó el balón para lanzarlo él, pero llegó De Blasis y decidió imponiendo su criterio para que la ejecución la llevase a efecto Ortuño.
No pasa na, salvo que el hecho a lamentar ocurrió en el 90+3 y no impidió la tercera derrota albinegra en casa. El décimo tanto encajado en el estadio Cartagonova cuesta caro. Descarto a Escandell, el héroe de Andorra, como culpable.
Los números del Villarreal B en sus desplazamientos en esta Liga, antes de acudir a Benipila, no eran para lanzar cohetes: una victoria, 2 empates y 6 derrotas. 0,66 goles a favor y 1,77 en contra. Ninguna proeza, ninguna campanada lejos de la Ciudad Deportiva José Manuel Llaneza, el fallecido vicepresidente en octubre pasado. Para desgracia del Efesé la dinámica del equipo amarillo ha cambiado al comparecer en Cartagena y amarrar los tres puntos.
Normalmente los equipos filiales no son mosquitas muertas. Se mueven por el estímulo de saber que, en teoría, tendrían que ser los primeros a contar para la primera plantilla la fetén y cuidado con el picotazo. Es el caso del Villarreal B, que pasea el color amarillo por todos partes aunque el periodista Borja Terán apostilla que es el color de la mala suerte. Pero en los medios de comunicación siempre ha ido aliado para dar una fuerza extra a los contenidos. Era habitual en las fotos promocionales de series icónicas norteamericanas en los ochenta y noventa, cuando se huía del decorado de la ficción para realizar los posados oficiales con los actores sobre una superficie colorista que fuera llamativa cuando tales imágenes se publicaran en las revistas de la época.
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AL FRENTE DEL FILIAL DEL SUBMARINO AMARILLO
Lo que le ocurrió al hoy, desde hace cinco años, preparador del Villarreal B, Miguel Álvarez Jurado (con Miguel Álvarez basta), de 64 años, no le sucede a nadie. Quien hoy es el entrenador de la Liga Smartbank en activo con más edad, 64 años, únicamente superado por el destituido en la UD Ibiza Juan Antonio Anquela, con 65 cumplidos. Anquela duró menos en el banquillo ibicenco que cuatro barquillos de merengue en el patio de un colegio en hora de recreo. El dueño Amadeo Salvo, muy exigente, le pidió resultados inmediatos y como la reacción pitiusa no se produjo, zas, a la calle con el veterano míster andaluz.
No se puede vivir de las rentas ni de éxitos pasados como el de aquel 27 de octubre de 2009 en que con Anquela, al frente del modesto Alcorcón, en Segunda B, endosó un 4-0 al Real Madrid en la Copa, que compareció en el campo de Santo Domingo con jugadores de renombre como Benzema, Raúl, Van der Vaart, Arbeloa y demás tropa. Fue lo que se dio en llamar 'el Alcorconazo', la escandalosa eliminación de los madridistas en la corta competición.
Lo singular y diferencial en Miguel Álvarez, un jienense de Guarromán, se dio en 2004-2005. Era entrenador del CF Ciudad de Murcia y fue destituido después de 17 partidos y volvió al mismo equipo a falta de siete partidos para salvarlo del descenso ganando en el estadio el Helmántico de Salamanca, por 0-2, en la penúltima ronda con goles de Güiza y Toni González. Aquella confrontación fue dirigida con el silbato por el hoy árbitro internacional Mateu Lahoz, valenciano. En ausencia de Miguel Álvarez en aquel tramo apartado del conjunto, fue entrenador el albaceteño Julián Rubio, hoy de 70 años, que había jugado en el Sevilla y el Barcelona,
Álvarez puede ser calificado de trotamundos del fútbol, pues con sus maletas modelo Concha Piquer (hoy las hay más baratas en los chinos) ha sido preparador, con inicio en la UD Cerdanyola en 1991, siguiendo el sendero por Guixols, Horta, Vilassar de Mar, Mataró, Terrassa, CF Ciudad de Murcia, de nuevo Terrassa, Lorca Deportiva, Badalona, Hospitalet, Leganés, de nuevo Hospitalet, Alcorcón. Sant Andreu, Sabadell, Marbella hasta que se lanzó con decisión y se enchufó en el Villarreal para entrenar al B desde octubre de 2017, con ascenso a Segunda en 2022. Veinte años antes Miguel Álvarez había subido al Tarrasa al mismo rival que hoy disfrutan los groguet (amarillo en valenciano), con un plantel de 24 jugadores, media de edad de 21,9 años y ocho extranjeros en sus filas.
GARCÍA VERDURA SE ENCARGÓ DE DIRIGIR CON EL SILBATO EL CARTAGENA-VILLARREAL B
Este es el análisis que realiza el ex colegiado cartagenero Juan Carlos Pelegrín acerca del árbitro que ha actuado este miércoles 7 de diciembre de 2022, en el Cartagonova:
García Verdura, colegio catalán.
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