Estreno feliz del alumbrado potentísimo del Cartagonova y 'fiesta discotequera' con 3-1 del Efesé al Alcorcón
El primer tiempo, caca de la vaca. Horrible partido por aquello de que entraba en la historia del estreno del muy elogiado y magno alumbrado. Al entrar al recinto, el primer fogonazo casi me tira patrás intentando escalar el graderío. La segunda parte sí mereció la pena y el personal lo pasó chupi pirulo. Con el 3-1 final la celebración a lo vikingo con el ceremonial de palmas que, para no ser ensayado, es de 10.
Pulguita De Blasis se marcó uno de sus tangos y se echó el equipo a las espaldas. Espléndido segundo tiempo. Luis Carrión, ayudado por el Cisma de Occidente aun manteniendo a la afición dividida según las últimas encuestas del CIS de Tezanos, ordenó tres cambios elementales y acertó. El centro del campo ya fue albinegro y el rendimiento de todos los futbolistas mejoró de forma ostensible. Boateng repartió balones a las bandas y se le vio suelto. Alfredo Ortuño, fiel a su trayectoria, salió a relevar y mojó por quinta vez en el campeonato. A añadir los dos de De Blasis. Y Berto Cayarga volvió a ir a la carga. El conjunto tuvo más agilidad, más ideas y hasta mejoró Dauda, capaz de lo peor y de lo mejor. Buscó el gol con su pildorazo capaz de matar de un solo tiro una bandada de pájaros. No lo logró.
AMBIENTE DIECOTEQUERO POR TODO LO ALTO EN EL DESCANSO
El espectáculo lo puso este sábado 16 de abril, antes del minuto 1 la luminosidad. Renovada por la manguera de los chorros de LED, que aunque parezca mentira fue inventado hace 50 años (sí, medio siglo) fue el Cartagonova más vistoso que nunca en sus 34 años de historia. Y la clave de la remontada, del 0-1 al 1-1 al descanso, hasta el marcador final de 3-1 en la segunda fase debió al ambiente discotequero por todo lo alto en el intermedio, incluyendo el encendido de linternas de los teléfonos móviles de los espectadores. Mucha marcha.
Parecía que estábamos en la disc Hï y Ushuala en Ibiza. O en la Pachá o la Pacá. Al Alcorcón le tocó ser hoy convidado de piedra porque así lo quiso el calendario de la Liga Smartbank con el único 'aliciente' de confirmar su descenso de categoría. Una circunstancia más del encuentro que compitió en parte con el horario de una procesión marraja, la de la Vera Cruz.
A los alfareros no hay quien les quite la gloria del 'alcorconazo' con el que dejaron K.O. al Real Madrid del chileno Manuel Pellegrini con los derechos adquiridos de sacar pecho eternamente por la gesta. Pero como la vida no siempre se puede vivir de las rentas, si no eres un Aristóteles Onassis, un Rothschild, Bill Bates, Amancio Ortega o el balsapintadeño Tomás Olivo (al margen los jeques árabes del petróleo) parece que cuando las cosas vienen mal dadas, el descenso de categoría llega inexorable y equivale al peor de los castigos. Punto final a casi doce años en Segunda.
Un milagro renovado campaña a campaña: estadio municipal de Santo Domingo para 5.000 espectadores y una masa social reducida. Aun así en alguna campaña extraordinaria (2016) se hizo ilusiones de saltar a Primera; Osasuna le ganó el participar en el playoff de ascenso al lograr la sexta plaza: empate a 64 puntos y en el goal average, pero los navarros ganaron el puesto por diferencia de goles: +7 frente a +4 de los madrileños.
En el presente, en la decadencia deportiva, ya casi el equipo amarillo no enseña sus uñas, desgastadas; tienen estrías longitudinales y tan pronto crecen un poco, se abren. Pero aquí en el primer tiempo sí es verdad que jugaron mejor que un Efesé que parecía estar en Babia. Xico tuvo a los tres minutos el estreno del marcador pero pifió. Y el 0-1 de Borja Valle fue un aldabonazo demasiado pronto, mediando el penalti de Marc Martínez.


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