Rarezas y tics en el fútbol. Mesones invitaba a sus jugadores con pasteles, en las concentraciones

 


El humano (y hasta el inhumano) tiene rarezas, manías, tics. Quien diga que no, miente como un bellaco y además me alegro infinito que no le haya tocado el Gordo de Navidad.  Ya lo dijo un tal Johann Cruyff : "El fútbol empieza como una democracia y acaba como una dictadura, porque al principio todos opinan pero al final solo uno decide. Lo hace el jugador ante el balón, el entrenador frente a la alineación y el presidente  (Belmonte en el caso del Efesé) en el momento de las grandes decisiones". Le toca el mochuelo de, metidos en enero, echar y traer futbolistas de recambio. Todo esto no es una rareza sino una obligación.

Rarezas hay millones. Como la de Mick Jagger, el líder de los Rolling, cuando iba de gira y se llevaba en el equipaje sus mesas de ping-pong, billar y sus máquinas de videojuegos. En el fútbol, que es lo que nos ocupa, preocupa y despreocupa en una pieza, hay miles de personas con manías. Muy respetables todas ellas si no pasan a mayores y derivan en escupir a la cara al primer árbitro que encuentran en un campo de juego.

Me encanta saber la buena costumbre que tenía Felipe Mesones Temperán, argentino ya fallecido, reconvertido en murciano, cuando ejercía de entrenador y en las concentraciones de algunos de sus equipos, uno de ellos el Tenerife, invitaba a merendar a base de pasteles a sus jugadores. Él mismo se dirigía a la confitería más cercana al hotel de concentración, elegía el contendido de dos o tres bandejas y pagaba el importe de cerca de unos sesenta dulces.

PERICO ARANGO, UN CIGARRILLO EN EL DESCANSO; JOSÉ LUIS, UN WISKI

El defensa dorsal 2 del Efesé, Pedro Arango, mítico jugador, se fumaba en los descansos de los partidos un cigarro, y otro futbolista de la época, el canario José Luis (se recordará su gol en Torrejón que dio el ascenso al Cartagena a Segunda) se tomaba un wiski  en el intermedio de los encuentros, para "animarse el cuerpo".

El uruguayo español José Carlos Trasante, hoy  preparador de la Deportiva Minera y en su día Mejor jugador Iberoamericano en Segunda con el Cartagena de los años 80, proclamado por RNE, aprendió a rezar el Padre Nuestro  y el Ave María, en el Xerez Deportivo, y lo rezaba antes de los partidos. Ya como entrenador, en Perú, tuvo otras connotaciones religiosas como la de ver llevar al vestuario del club Mannucci, de la ciudad de Trujillo, por los jugadores, imágenes de diferentes Vírgenes para que ayudasen a ganar los encuentros. Trasante rechazaba que sus equipos se entrenasen con vestimentas de color amarillo.


Llamativa la costumbre del muy estudioso José Víctor Rodríguez, entrenador cartagenerista en varias etapas, y también del Real Murcia, al que ascendió a Primera en 1980. JV acostumbra a llevar en el maletero de su coche una caja para frutas llena de cuadernos, cintas de video y libros con apuntes de datos de jugadores, estrategias y un sinfín de papeles.  Un archivo itinerante a disposición solo con abrir el capó. El recordado entrenador, que era natural de Palencia y murciano de corazón,  vivía en Pinar de Campoverde (Alicante) y falleció hace cuatro años.

PACO GÓMEZ 'EL PALOMA' Y LAS PITONISAS

Muy conocida era, por Paco Gómez Hernández 'el Paloma, su proximidad a las creencias de las pitonisas que le orientaban a la toma de decisiones como presidente y dueño del Efesé, con el que se ascendió en El Collao de Alcoy. Personaje peculiar, de 61 años, nacido en Desamparados (contrasentido) empresario con los mejores resultados, al frente del acorazado Invercón, en el fútbol no le temblaba el pulso a la hora de destituir entrenadores. Para él era como un hobby. 



Coleccionaba despidos y también coches de alta gama con los que formaba un sugestivo parque móvil.  Se instaló en Murcia ciudad (edificio Torre de Godoy)



GÓMEZ LÓPEZ, SIEMPRE TORTILLA FRANCESA

El ex árbitro Alonso Gómez López, cartagenero y de Primera División, acumula una serie de rarezas o costumbres en sus actuaciones con el silbato y también en su corta etapa de jugador, frustrada por una lesión cuando tenía 17 años. Alonso era guardameta del juvenil del Cartagena y tenía que tocar las dos escuadra de su portería, saltando. También siempre hacía un surco en la tierra, con el pie, desde la línea de meta al punto de penalti para tener una referencia.
Como árbitro Gómez López siempre comía en sus desplazamientos, antes de los encuentros, tortilla a la francesa. Y a la hora de dirigirse al estadio o campo de juego  el hecho de ver ciclistas le daba tranquilidad y seguridad de cara al partido que correspondía. Asimismo llevaba al entrar en los estadios la misma carpeta, cochambrosa por el uso, y mantenía como equipaje arbitral una camiseta  de tela transpirable, deteriorada por el uso. Otra rareza no pequeña era de siempre el mismo bolígrafo para tomar notas de las incidencias en los encuentros y una vez en Callosa de Segura su auxiliar en la banda Manolo Pérez Gutiérrez se lo perdió  y fue causa de una bronca. El boli cuestión fue recuperado en el mismo terreno de El Palmeral. 


¡Ah! Y las calcetas de la vestimenta de Gómez López (tremendo en lo tocante a cuidar su imagen) tenían que estar a la misma altura, al milímetro,  y las líneas de las vueltas blancas sobre el negro;  y, bueno, ya en el colmo de los colmos el ayudante Jesús Zaplana de Miras tenía que arrodillarse para comprobar  con la mirada ese detalle exigido por el jefe. De la religiosidad de Alonso queda el dato de que antes de cada actuación rezaba dos Padrenuestros.  con un rosario que un día le regaló  su ayudante en la banda Antonio Alcaraz. Y se santiguaba cuatro o cinco veces al salir al campo de juego. Hasta el papel de carbón (de calcar) lo mantenía al escribir las actas si el partido en cuestión era de su agrado.

Juan Carlos Pelegrín en su etapa de colegiado en la Territorial Murciana.

Juan Carlos Pelegrín, colegiado cartagenero en la Territorial Murciana tiempo atrás, no recuerda lo que se llama manías en su comportamiento, pero sí refiere que cuando más interés tenía en  terminar sin sacar tarjetas, en un Sucina-Esperanza, de juveniles, tuvo que mostrar catorce cartulinas amarillas y dos rojas, lo que conllevó a que dedicase a redactar el acta mucho tiempo. y no pudo llegar al estadio Cartagonova a presenciar un derbi Cartagena-Murcia que pretendía ver. Y para más inri le querían pegar en el campo sucinero.

Hoy Pelegrín está jubilado, un jubilado joven, y colabora con el digital Sportcartagena acerca de temas de árbitros y de opinión. Es sobrino del ex árbitro Manolo Solano González, hoy componente de agrupaciones corales.

En el ámbito del fútbol Sala, en los comienzos del equipo Mínguez Sáez, en La Bombonera, la práctica totalidad de los jugadores se colocaban en las zapatillas unas plantas medicinales con supuestos 'poderes' para jugar bien y ayudando a ganar.

 OLSEN, LAS PRIMAS ERAN PARA INVERTIR EN BOLSA

En la década de los 70, siendo jugador del Elche CF, el cartagenero Alfonso Melenchón supo que los futbolistas del Racing Santander se dejaron crecer el bigote como talismán de una racha de triunfos que se quebró en el viejo Altabix el equipo ilicitano al vencerles. Los cántabros se afeitaron los mostachos en los mismos vestuarios tras perder. En relación con el equipo de la Ciudad de las Palmeras, en otras fechas el entonces entrenador Roque Olsen el importe de todas las primas que ganaba con su equipo las invertía en la compra de acciones en la Bolsa. En las derrotas dedicaba 3.000 pesetas de la época en obras de caridad.
Roque Olsen tenía la costumbre de jugar a la Bolsa con las 'primas' del Elche CF. /Foto FC BARCELONA


El enfermero Genaro Zapata Hernández El Brujo' enardecía a los jugadores del Cartagena, poniendo en el autocar en los desplazamientos, marchas militares, preferentemente de la Legión. Y una manía peculiar del conocido arbitro internacional murciano José Francisco Pérez Sánchez, ya fallecido, era la de llevar en los viajes, en un recipiente, sustancia de arroz. Sabia medida ante el riesgo de que cualquier enterocolitis lo pusiese en problemas. Una vez
 retirado, se dedicó a comentar los encuentros en la Cope (Tiempo de Juego) 
 
Paco Verdú, abuelo de Gonzalo Cacicedo Verdú, central y capitán del Elche, en vida era heladero y con establecimiento en la calle Serreta, en los años 60. Una vez el entrenador del Cartagena Antonio Molinos se presentó en el local para que los componentes de su plantilla (sobre la veintena) merendasen como premio por un triunfo en la Liga de Tercera y su manía era la de obligar a todos a degustar únicamente el helado de frutas que le gustaba a él. Se negaba a que tomasen de turrón, chocolate, vainilla y demás.

CAPÓN, EL JUGADOR ADULADOR

La rareza (o estrategia, a saber) del ex jugador Alberto Capón,  buen defensa del ·Elche CF, era adular a los árbitros, sin parar, con los partidos en juego. Siempre llamaba a los colegiados por su nombre de pila, para mostrarse más cercano. Y se aproximaba ellos, con frases de aliento: "Lo estás haciendo muy bien" o "eres una figura del arbitraje". 

Capón vive tranquilamente en Santa Pola (Alicante) y no hay que confundirlo con el defensa del mismo nombre que también era madrileño y jugó en el Atlético de Madrid.


Capón, que vive en Santa Pola, de jugador le hacía la 'pelota' a los árbitros casi a cada decisión. Una saludable manía.

MÁS MANÍAS DE ÁRBITROS

José Pascual López Pérez, de Cartagena, llevaba su capillita personal de Santos donde no faltaba una foto de San Pedro del que él era portapasos.  Besar siempre una anillo de su madre al principio de los partidos y también en el descanso, y  también al final de los mismos encuentros; por supuesto besaba también el anillo de casado. Además entraba al campo de juego con el pie derecho, aunque es zurdo.  Otra costumbre era, en la banda, no pisar la línea blanca de cal. Tras el partido volvía la realidad y en cuanto podía llamaba por teléfono a su mujer para que le contase cómo estaba todo, hijos, familia, mi perrito.  Retornaba a la realidad tras 48 horas de aislarme y vivir el viaje el partido y pasaba de imágenes de programas deportivos, de crónica. La suerte estaba echada y a pensar en el siguiente encuentro Así más de 200 partidos entre Primera y Segunda División,  con Tristante, Turienzo, Fernández Borbalán y Ayza Gámez. durante diez temporadas.

El primero de la derecha es José Pascual López Pérez, en un Athletic-Depor, con Ayza Gámez de árbitro principal.

En los tiempos presentes José Pascual colabora con el digital Cartagena Actualidad, de Jerónimo Linares,  también ex árbitro, y es el encargado de la sección de Deportes, dirigiendo con incisividad  y contundencia la conocida Tertulia del Asiático en la que además participan aficionados como Loren, Manolo Reyes, José Martínez y otros invitados que hacen amena la reunión.

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